8 sept 2014

Finishing my first stop: goodbye, New York.

Noche de domingo. Preparando todo para retornar mañana al JFK, esta vez para volar a otro nuevo destino, California. Más concretamente, Los Ángeles.

Nueva York me ha enamorado. Eso ya lo sabía. He visto todo lo que quería ver, y que mi bolsillo, claro está, me permitía. Quizás me ha faltado un día andando sin parar o dos más tranquilos. Pero estando sólo, creo que han sido los días suficientes. Más hubiera echado en falta ya compañía para seguir con la visita.

Me siento triste por tener que dejar esta ciudad. Si tuviera que volver mañana a Madrid lo estaría mucho más. Pero el hecho de seguir viajando hace que la tristeza se complemente con la emoción de visitar otro lugar. Diferente. Porque New York sólo hay una. Intuyo que Los Ángeles es una ciudad un un ritmo más pausado que New York. Que la gente no va tan ajetreada en el día a día. Que el sol y la playa tienen mucho que ver con eso. No lo sé. Dentro de un par de días, cuando empiece a pillar por donde va la cosa, os contaré. Pero necesito descansar. Llevo cinco días andando muchos kilómetros al día. Muchos. No sabéis lo lejos que está aquí todo... Pero es una ciudad tan bien hecha, con tan buena planificación arquitectónica, que no te das cuenta. Ya te avisan tu espalda y tus piernas de los km recorridos. Necesito unos días de playa y sol. De descanso y relajación. De no andar tanto. De verdad no podéis imaginaos. Las cosas que no he visto ha sido por falta de tiempo, no porque me haya quedado parado ni un instante. De hecho, una de las cosas pendientes ha sido el sentarme en un parque, sin prisa, y disfrutar, simplemente, de estar ahí.

Pero tengo que volver. Lo haré. Y será con alguien que también está deseando volver. Me quedan algunas cosas pendientes. Por ejemplo, tengo que encontrar, una a una, todas las estatuas repartidas por Central Park.

Lo que me ha quedado claro estando estos días por aquí, y creo que puedo generalizar porque, New York, creo, es la ciudad que mejor representa el espíritu americano, ( americanos de otros estados, no no os abalancéis sobre mí) es que a los americanos les encanta formar colas. Les encanta ocupar cualquier plaza para montar algo. Les encanta hacer memoriales por cada cosa. Magnificar. Esa es la palabra. Siempre desde lo positivo hablo. Les encanta el hecho de formar algo. Quizá ahí está esa magnificencia que tienen como país, en todos los sentidos. Quizás por eso son tan grandes como país ( y no me refiero sólo territorialmente) por ese dramatismo al que tienden en si día a día. Quizás por eso también despiertan el recelo en muchos otros países. No lo sé. Pero todo va unido, y tanto lo bueno como lo malo, hacen que USA sea lo que es hoy día, y Nueva York, es el claro ejemplo de esas medidas.

Volveré. Lo tengo claro. Es asequible además viajar dos semanas a Nueva York. Me ha encantado su diversidad. Su mezcla cultural. Esas raíces que en tantas direcciones corren a la vez... El culto a los parques. Hay muchas "squares". En la mayoría hay un apoyo incondicional al descanso. Hay una cantidad incontable de bancos. En la mayoría hay sillas y mesas para que los neoyorquinos puedan ocuparlas y comer. Eso, en España, no lo hay. Aquí, las facilidades que ponen para relajarse mientras comes rodeado de árboles, son muchas.

Bueno no quiero enrollarme más. Son las 11 de la noche y quiero dormir un poco. Mañana, cuando vuelva a conectarme, estaré a casi diez mil km. de España. Con nueve horas menos de diferencia en el reloj. Me será difícil pillaros.

See you in California!

Pd: estoy escribiendo con el móvil y no voy a releer todo lo que he escrito. Perdonarme si hay algún fallo o el diccionario me ha cambiado palabras.

Casi buenos días, spanish Friends!

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