22 sept 2012

[Minuto a minuto] Feliz cumpleaños Nueva Vida.





Tal día como hoy, hace exactamente cuatro años, un chico, con tres grandes maletas, ponía rumbo hacia una nueva vida. Una vida llena de sueños e ilusiones que alcanzar. Metas que conseguir. Y todo para alcanzar esa felicidad de ensueño. 
Han pasado cuatro años desde aquel 22 de septiembre de 2008. Y las idas y venidas han sido constantes en su vida. Épocas mejores y peores. Más y menos felices. Momentos inolvidables y otros deseablemente olvidables. Gente que ha pasado a formar parte de su vida y su día a día...
Cuatro años después de todas esas cosas, ese chico sigue luchando por aquello por lo que llegó. No, no se ha olvidado....

Efectivamente ese chico es un servidor. Y hoy quiero desear un "feliz cumpleaños", por llamarle de alguna manera, a esta nueva vida que comencé. No ha sido fácil, evidentemente, cambiar de la noche a la mañana aquella manera de vivir que ya conocía por otra totalmente nueva e inexplorada.
Este post va dedicado a toda esa gente que ha cambiado su vida por hacer lo que quiere hacer y por luchar en lo que cree.
Llegué aquí con un objetivo, solo, y ahora puedo decir que tengo increíbles amigos a mi lado. No, aún no he conseguido mi objetivo. ¿Lo he intentado? Sí. ¿Podría haber insistido más? Sí también, mucho más. Pero las circunstancias no siempre son las mismas. Si no es la motivación, es el tiempo el que te lo impide. El dinero también lo es, y más cuando lo estás ganando y te acomodas en esa fase de ganar y gastar.
Pero mi chip ha vuelto a cambiar. La motivación ha vuelto y nada me va a hacer acomodar ni desistir, y cuando digo nada, quiero decir, NADA.
Este personaje vuelve a las andadas, vuelve a la senda de los héroes. No de esos héroes rescatadores de princesas, evidentemente, sino a esos héroes llenos de energía, repletos de fuerza de voluntad y soñadores. Aquellos que no cejan en su empeño. Esos que van construyendo el camino hacia lo inimaginable...

Sí si, la crisis, las pocas producciones, el fatídico mundo del actor... Lo sé, bla bla bla. Entonces, ¿qué debería hacer? ¿Darme por vencido? Esperar, qué se yo, un año, dos, tres, los que haga falta para volver a recuperar la economía española... No, no es una opción. Sería una pérdida de tiempo. Al menos, por mi parte que no quede...

¿Qué más puedo contar a esa gente que ha tenido que cambiar su vida como yo? Puedo decir que la mayor parte de las personas de este mundo que conozco ha tenido que hacer lo mismo que yo. Vosotros bien sabéis como va la cosa. Que difícil puede resultar pero a la vez que gratificante. Experiencia personal y madurez, sobre todo. Pero es un largo camino, no solo porque tienes que luchar con uñas y dientes para poder hacerte un hueco en este mundo artístico, sino porque, mientras tanto, también tienes que luchar por conseguir un trabajo que te permita sobrevivir mientras logras tu deseo. Son dos combates diferentes, simultáneos y, en la mayoría de los casos, contraproducentes.
 ¿Frustra? Sí. El estar, por ejemplo, trabajando tantísimas horas en una cafetería cualquiera. Ser anulado socialmente. El chico del relato lo sabe muy bien. Y llegas a pensar, "¿qué hago aquí? ¿trabajar en algo en lo que además de que no me gusta, no me hace feliz? Entonces, ¿por qué no me vuelvo a mi casa y hago lo mismo allí sin tener que pagar piso? Encima estoy tan anulado que en todo un verano he pisado una vez la playa y una la piscina." El chico vuelve a saberlo muy bien.
Hasta que un día te levantas con la cabeza totalmente despejada. Y por un momento toda esa maraña de pensamientos y temores te deja la mente libre de cualquier carroña. Lo ves claro. Tu meta. Esa meta que había descendido tanto en tu cerebro hasta acabar en un pozo cubierto de mierda, olvidada. Por fin sale a la superficie. Y vuelve todo: la motivación; las fuerzas; las ganas de luchar... Y decides arriesgar. Decides apostar todas tus cartas en esta mano.
Por supuesto no será la última mano que haya que jugar, pero, piénsalo así, ahora mismo, es la mano más importante de tu vida...

6 sept 2012

[Lugares] Granada. Tierra soñada por mí...





Curiosamente, me pregunto, después de más de dos años desde que empecé a escribir, no lo he hecho sobre una cosa de la que estoy ciertamente orgulloso, y no precisamente por mis méritos, sino por mi nacimiento.

Quiero hablar del lugar que me vio nacer y crecer. Que me vio marchar, y que, ahora muy de vez en cuando, me ve volver. Una tierra sureña cuya calidez no se extiende solamente a sus altas temperaturas en verano, sino que se expande a la vitalidad de su gente, (en contraposición del refrán popular del que luego hablaré). Gente que vive a otro ritmo, de carácter cálido que traspasa barreras internacionales. Gente sencilla, cercana y humilde.

Tierra de poetas, de músicos y compositores, de roqueros y flamencos, de grandes toreros. De ferias inolvidables en donde los rebujitos vuelan por doquier. La rumba y las sevillanas se bailan incluso sin saberlas y las casetas de lona ocupan yardas de terreno.

Tierra de altas cumbres nevadas, del Mare Nostrum,(nunca mejor dicho) "mediterráneamente mediterráneo".

Tierra de simpáticos acentos en donde comemos tanto que hasta letras engullimos. Tierra de "pollas y compaes". De tapas extraordinarias que sacian solo de mirarlas. Donde un tinto de verano sabe mejor que en cualquier otro sitio. De gazpachos y salmorejos.

Tierra llena de historias de Historia. Tierra de Tartessios. De cruentas luchas entre cartagineses y romanos. Tierra de Godos. De las Mil y Una Noches con mil y una luna alumbrando a califas y visires. Tierra de Reyes Católicos y de Cristianos (No Ronaldos), de reconquista.

Tierra de Paseos Tristes, de Paseos por el Salón. Con Torres desde una Vela observándose desde el Mirador de "Don San Nicolás" (el sitio más maravilloso en el que se puede estar un atardecer de verano). Tierra de Puertas Reales, de Elvira y de Justicias. Con Campos de Príncipes. De Cármenes custodiantes de empedradas calles.














Tierra para fantasear con bosques con historia, jardines historiados. Con patios llenos de leones. Patios de arrayanes. Todo imaginado dentro de un palacio árabe con siglos de historia sobre una colina presto a la vigilancia de la ciudad. Tierra de La Alhambra.

Así es mi Granada. La tierra de mi corazón, de mi alma. La tierra que llevo y llevaré conmigo vaya donde vaya. Por hoy. Por siempre. Estoy orgulloso de ser Granaíno, de Graná. De tener la calidez del sur. Aunque como he dicho antes, va en contraposición con el típico dicho de la "malafollá granaína".
Explico para quién no lo sepa. Aunque es difícil contarlo... Venga va, lo intento. A mi forma de entenderlo es esa bordería innata y seca que se suelta a una determinada pregunta de lo más normal. Respuesta que jode al que la recibe, pero a la vez le deja un cierto regustillo de simpatía. Pero podríamos estar todo el día discutiendo acerca de su definición. Así que hago un llamamiento a los granaínos que lo lean para que me ayuden.

Granada.... Es majestuoso subir una noche cálida de verano por esas calles empedradas del Albayzín para terminar en el Mirador de San Nicolás y contemplar la alumbrada silueta de La Alhambra y las infinitas luces de la ciudad a su derecha. Contemplar durante el día Sierra Nevada con su cumbre en El Veleta a sus espaldas... Como lo hecho de menos...

Esta es la tierra en la que nací, de la que provengo y de la que soy. Nunca cambiaré por nada el comprobar la grata y simpática sorpresa que causa en la gente cuando descubren que eres de Granada. Porque a todo el mundo le gusta Granada. Su gracia, sus gentes, su historia y su belleza lo valen. Lo corroboraré y finalizaré mencionando el refrán (otro más) que alguien muy sabio apuntó:

"No hay pena más grande que ser ciego en Granada,
porque ojos que no han visto Granada, no han visto nada..." 

17 ago 2012

[Minuto a minuto] ¿Creer o no creer? He ahí la cuestión.

Casi ni me acordaba de la existencia de este, mi curioso blog, en el que, según recuerdo, a menudo escribía desahogándome de los temas que surcaban los voluminosos e inestables mares de mi cabeza. Curiosamente, el tiempo consumido en el trabajo es mayor de lo que uno podría esperar, y eso ha hecho que dicho océano se reduzca a un tranquilo y pequeño lago de aguas dulces donde ni un velero en miniatura podría avanzar.

Pero hoy, alentado por la épica BSO de la película "Brave", una ventisca ha azotado las tranquilas aguas de mi lago haciendo que vuelva a sentir, nuevamente, unas olas rememorativas de aquellas eras oceánicas. 

Mucho los tiempos cambiado han, mucho los políticos a la parra subido han. Pero aún así, el sol sigue poniéndose por occidente y madrugando por oriente. La tierra sigue su inevitable camino hacia su destrucción. Los pajarillos cantan y las nubes se levantan. Eso está claro. Pero en medio de este caos económico y social, donde la tijera está siendo últimamente la herramienta más utilizada por el político español y las palabras del pueblo ascienden cada vez más a hacia unos oídos sordos, aún queda lugar a la esperanza. Sí, señores. El ser humano está creado para creer que se puede. Cada día nos levantamos creyendo en un mundo mejor. Creyendo en el alcance de nuestras metas. Meditando acerca de nuestro futuro. Construyendo una fantasía en la que eres feliz junto a una persona. Posiblemente seamos seres utópicos diseñados para las constantes decepciones. Una caída tras otra, pero aún así, creemos.

Quizás eso nos hace débiles, o quizás sea justo lo contrario. Esa capacidad de esperar siempre algo es el motor de nuestra motivación, supongo. Siempre en funcionamiento. Podríamos decir que creer en la esperanza es para el ser humano lo que la gasolina al coche Capacidad innata de mentes racionales. Pero, ¿y si la rutina hace menguar dicha capacidad? La acomodación, el miedo a perder, la falta de valor a probar cosas nuevas, y con ello, la falta de convicción en tus "ac" y "ap" titudes. Puede pasar, y en estos momentos de encarcelamiento perpetuo que, solo exagerando un poco, puedo asegurar, doy fe de la fugaz perdida de imaginar, de creer. Pero tranquilos, ¡nada grave!

Acabaré diciendo que solo hay que vivir, disfrutar de la vida en los términos que puedas hacerlo. Pero sobre todo, no querer anticiparte a los hechos que vendrán solos, que solo aumentarán tu inseguridad y preocupación. No pensar más allá del tiempo que no puedas controlar en ese instante. Vivir día a día, minuto a minuto. Eso es lo que nos llena o nos vacía como seres de sangre caliente que sienten y padecen. Absorber el presente que, fugazmente, se convierte en pasado y se pierde en la infinita línea del tiempo que no parar de avanzar.

Y sobre todo, ser tú, hacer lo que quieres hacer, vivir como quieras vivir. Dejarte hacer, fluir con la gente que te aporte. En definitiva, DEJARTE LLEVAR, en este gran ciclo de idas y venidas.

No es un consejo, ni de listillo, ni de alguien que haya llegado al Nirvana en lo que atañe. Solo son reflexiones de un chico ocupado que desea plasmar en este, su blog.

20 abr 2012

[Minuto a minuto] ¿Dónde estoy?


Hoy quiero volver a retomar la escritura en el blog para compartir unas inquietudes que pasean últimamente por mi cabeza. Y es que hace no más de tres días, unos de mis mejores amigos me comunicaron un cambio radical en sus vidas, que irremediablemente, los acercará más a la mía propia.  Es cierto que me he alegrado mucho por ello, pero a la vez, me ha hecho pensar en el tiempo.

No nos damos cuenta, pero el tiempo, o mejor dicho, la vida, no da tregua. Son puros acontecimientos que no dejan de correr, de atravesar, surcar, destrozar, cambiar (y un largo etc. de verbos) nuestra vida. Siempre hay una decisión que tomar, más o menos importante, pero siempre la hay. Un cambio por muy pequeño que sea. Esa es la vida que nos ha tocado vivir, un constante vaivén de elecciones y cambios.

Esto viene a que recibir esa noticia me ha hecho recapacitar en quién soy, y dónde estoy yo ahora. Para mí, inconscientemente sigo siendo el mismo de siempre, con la misma vida. Pero en el momento en que te paras a pensar no puedes sino decir: "eh, eh, no puedo asimilar tanta información de repente". En mi caso es fácil. Mi ciudad ya no es la que era, mi trabajo, mis aspiraciones, incluso mi vida social. Hay gente que pasa por tu vida sin más, y no te importa, y otra que, en determinados momentos te das cuenta de que estáis más lejos de lo que te gustaría estar. Y ahí suena el "clic" en tu cabeza que te señala un nuevo cambio, que no de ahora, pero ahora sí eres consciente.

Es irremediable, al pensar en todo esto, no sentir un vuelco al corazón y un miedo extremo aunque solo dure un segundo. Pero en ese segundo es donde realmente somos vulnerables al paso del tiempo, y más importante, a la consciencia de ello.Porque todos miramos cientos de veces el reloj al cabo del día, pero solo vemos unas agujas que cambian de posición. Esto de lo que hablo es la percepción del mismo, de entender lo que conlleva. De saber que nada dura eternamente, ni los mejores momentos de tu vida ni los peores. Incluso el sabor de la comida que tanto te gusta en tu boca se apaga. El dolor en tu cuerpo, se esfuma. Todo. Y con ello, evidentemente, tus hogares, tus coches, desgraciadamente algunos amigos,tus trabajos tan odiados, etc. Solo hay algo que permanecerá en ti de cada etapa, tus recuerdos y el sentimiento y añoranza que te evoquen con las motivaciones que vengan acompañadas de tales.

Solo nos queda aceptar esto tal y como es. Hoy estoy aquí, más cerca de vosotros y más lejos ellos. Antes estuve allí, con otra vida y rutina diferente, más cerca de ellos y más lejos de vosotros. Y mañana... ¿dónde?  ¿más cerca y más lejos de quién? no lo sé, cuando llegue lo aceptaré, volveré a echar la vista atrás y volveré a añorar esos momentos de otras épocas que me hacen sentir bien a la vez que me causan un poco de morriña.


Pero recordemos: la vida es un flujo de idas y venidas. Idas y venidas...

14 feb 2012

[Libros] Un texto magnífico...

Curiosamente, el leer un libro ha sido la motivación que me ha llevado a escribir aquí después de casi un par de meses. El motivo ha sido haber quedado fascinado con un extracto tan bonito y tan bien redactado del libro que estoy leyendo, "El Halconero", de Douglas Clegg. Voy a copiar el trozo de texto que me ha gustado tanto como para ponerlo aquí:

"No conocía su nombre cuando la vi fugazmente por primera vez en una puesta de sol roja como la sangre. Ningún sirviente iba con ella, ni ayudante, cosa extraña. Llevaba un vestido fino carmesí y blanco hecho jirones a lo largo del dobladillo, y los pies descalzos y sucios. Iba cogida al caballo como si fuese su amante. Oí su risa alegre a medida que tomaba una curva del camino.
A pesar de vestir ropas de una mujer nacida en la riqueza, y de las perlas y rubíes que le rodeaban la garganta y los brazos, el pelo se le había liberado de las restrictivas trenzas y flotaba como si fuese el de un ángel volando.
No pude reprimir una sonrisa al observarla. Esa noche, al terminar de encerrar a los cisnes en el corral, me pareció verla cabalgar..., al principio no vi ni siquiera su precioso pelo rojo intenso: pensaba que vislumbraba una estela de fuego en una puesta de sol. No sé si existe el amor a primera vista, pero sé con certeza que hay algo en el alma humana que reconoce el parentesco de otra alma, incluso a distancia. Sentía eso a pesar de lo poco que sabía de ella. Además, ni siquiera era mi igual. Tal vez fuese su belleza, que era destacada y llamativa.

Era como una princesa del reino de las hadas, huida de la guarida de algún duende. Se llamaba Alienora, y comencé a susurrar su nombre en mis oraciones nocturnas cuando lo oí por primera vez. Ese nombre me parecía exótico y hermoso, la evocación de un ángel si me atrevía a pronunciarlo en voz alta. No era mucho mayor que yo, y a veces reía cuando me veía con los cisnes mientras pasaba por el patio de camino a su labor.
Decir que descubrí su encanto sería una descripción insuficiente. Cuando la veía sentía un calor intenso y cruel. Me aniquilaba con una mirada intensa y agradable, y me honraba al ignorar mis atenciones mientras montaba su poni por los campos, o cuando se sentaba con sus hermanas en las ventanas para observar el patio.

Una mirada de Alieonara podía llevarme al cielo y al infierno al mismo tiempo. Su piel era como la leche, y sus labios como manchas de sangre en el ala de un cisne. Tenía el pelo rojo como el fuego, como la propia puesta de sol. Una vez vi que caminaba con su hermano pequeño, y a medida que avanzaba, olí lo que solo podía ser jacinto, especia y cítrico. Casi me desvanecí como un pelele. Observé su nuca, donde los tirabuzones de pelo caían sobre la piel de alabastro, ese lugar que yo deseaba liberar de la cabellera para besarlo solo una vez, solo un beso. Un beso era todo lo que le daría, y luego quizá podría dormir. Quizá pudiese olvidarla si consiguiese solo ese beso casto..."