1 sept 2010

[Minuto a minuto] A través de las Puertas del Alma...

Muchos conoceréis esa sensación de cuando sientes que alguien está tocando a las grandes puertas de ese músculo que tenemos en el pecho, ¿verdad? Cuando ese “toc, toc” en verdad quiere decir: Ábreme por favor, estoy aquí para hacerte sentir cosas que nunca nadie te ha hecho sentir. Para soñar algo que nunca has soñado. Y para joderte como nunca nadie te ha jodido.

Ya sabéis. Os resumo. Ahí está. Como ha cambiado, ¿no? Qué guapa está. Uf, el estómago. Hace algún tiempo, ¿no la veía con estos ojos o es que ella no era así?

- Qué guapa estás, que cambiada.

- ¿Sí? Bueno ya sabes los años, las modas siempre van a mejor – Entre risas. (En este momento tu pensamiento está diciendo: mierda, no me ha dicho que yo también estoy más guapo.

- Esto… sí, éramos unos niñatos, ¿verdad?

Es en este punto, en el que los nervios te dan un poco de tregua, cuando la miras de verdad. Tu mirada topa con sus ojos, tu línea de visión traspasa la córnea, surcas sus bonitos iris de color, viajas a través de su nervio óptico entrando en otra dimensión que sobrepasa lo físico de su cuerpo, y entonces suena un “plof”. Ya está, has caído. Estás viendo su interior, su alma. Algo que cuando eres un crío no puedes ver, pero que ahora tu mirada encuentra fácilmente cuando esos ojos ya los has mirado con anterioridad. Fácilmente te llenas de esos alegres colores que tiñen su chacra. A mí me encanta ver el rosa. Y lo he visto.

Sí, señores, todos hemos experimentado esta sensación. El mirar unos mismos ojos en dos momentos diferentes y lejanos en el tiempo y experimentar esa inmensidad de llenazón interior. Más o menos creo que puede ser similar a como el anuncio de chicles Five vienen a describirte en su spot. xD.

Bromas aparte. Hablo de una sensación. Hablo de ese “clic” con el que un hombre y una mujer quedan sujetos el uno del otro. Eso es lo guay y lo bonito. Pero vamos a precisar. ¿Qué pasa cuando sentimos que ese “clic” puede llegar pero ella no está preparada para girar la tuerca?

Vamos a imaginar una situación. Vamos a imaginar a un chico y una chica. Ambos se han vuelto a mirar a los ojos y ambos han visto el color del otro. Él, piensa, es su amigo, pero también es consciente de que bastaría una mirada de ella para hacerla su princesa. Por la otra parte, ella no está preparada para serlo.

¿Qué hacer cuando se es consciente de que tienes el botoncito casi al alcance de tu dedo para pulsarlo pero quieres respetar la disponibilidad de la otra persona?

Es algo muy difícil, ¿no? Tener esa doble consciencia, de lo cerca que estáis pero también del deseo desde un lugar no tan profundo de ti de que ella ocupe su trono junto al tuyo.

Estas son las típicas historias que en el cine casi siempre acaban haciendo “clic”, pero que en la vida real no siempre se hace. Y hablo de esto porque es un tema que apostaría mi mano a que a casi todo el mundo le ha pasado. Y me he decidido a escribir sobre esto porque he pensado en darle, aún si cabe, un toque más personal a mi nuevo post y no sólo dar mi opinión de un tema, sino de escribir un tema dando mi opinión y valiéndome de mis experiencias propias en dicho tema.

Lógicamente cuando digo que casi todos hemos vivido esto también me refiero a mí. Lo he vivido. He tenido la suerte de ver el color rosa a través de unos ojos. He tenido la suerte de escuchar el “toc, toc” en mi pecho, aunque en mi lugar nunca he sabido si llegar a abrirle o no.

También la consciencia de ese “clic” al alcance de mi índice, y la sapiencia de la indisposición en dicho momento.

Pero somos débiles, gente, mucho. Como se dice, la carne es débil, y cuando el que avanza no eres tú, sino el corazón, hay que tener una psique brutal para detener tal avance, (De ahí la frase El corazón tiene razones que la razón no puede entender) por eso siempre caemos en la tentación de la cercanía con esa persona que, en el fondo, sabes que quizás no es buena idea acercarte a ella. ¿Me dejo, o no me dejo? Y este es el momento en el que comienza a llenársete la cabeza de dichos contradictorios: El cementerio está lleno de valientes, pero… quien no arriesga no gana. Madre mía, vaya caos. De todas formas yo soy de los que piensa que hay que dejarse llevar. No pensar en nada más que el día a día. Lo que tenga que pasar pasará, y lo que no tenga que pasar no pasará. Creo que no hay que forzar nada, ni sentimientos ni situaciones porque entonces es cuando se caga. Hay que dejarse sentir, hacer lo que te apetezca, Carpe Diem señores. Vamos a disfrutar el momento, el presente. ¿Qué nos trae el pasado? Sólo remueve cosas que no deben ser removidas. ¿Y el futuro? Nada, sólo incertidumbre, dudas, miedos. ¡Por qué! Lo que nos alimenta es el minuto a minuto, al fin y al cabo es el intervalo de tiempo en el que vivimos, ¿no?

Así que el humilde consejo que intento seguir yo cada día es que si encontráis ese color que os gusta, dejaos llevar. Déjate fluir por la mirada de la otra persona, observa lo que ves de adentro y pon facilidad para que ella vea lo tuyo. Si te sientes a gusto ¿por qué has de frenarte por ideas tontas? Empapémonos de conocimiento sobre nuestras princesas y príncipes en potencia. Porque a fin de cuentas cuando encuentras tu color nada importa, por muchas trabas que pongas, por muy indispuestos que estemos, cuando lo ves, lo ves, y cuando te empapas solo piensas en ese color que hace que por la mañana te despiertes feliz. Que te da otro motivo más para seguir cada día. Aspiraciones e ilusiones. Seamos sinceros, lo que mueve al ser humano son las aspiraciones. Eso es lo que hace que cada día madruguemos y vayamos al trabajo. Que nos perfumemos y nos peinemos.

Una persona sin aspiraciones es un alma en pena. Sin metas ni sueños. Sin ganas de nada, ¿qué coño somos? Por eso, pintar nuestra habitación interior de un color es una motivación, y escuchadme bien, quizás de las motivaciones más fuertes que mueven a un hombre.

Es un camino largo, difícil, con pendientes, más ascendentes que descendentes, pero es entonces cuando hay que hacer valer toda nuestra andreia, como los espartanos llamaban al valor en la batalla, y esto, estaremos de acuerdo, no deja de ser una.


Mi visión de color favorita es el rosa para una chica, ¿y el vuestro?

4 comentarios:

  1. Bravo, bravo y bravo. ¿Hay chacra rosa? Pensaba que era magenta o lila. Alguien me dijo alguna vez que mi chakra era el verde ¡Pues mi habitación es rosa! jejejeje

    Enhorabuena por la pedazo entrada, artista, vales mucho

    Swetty

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  2. No he dejado de sonreír mientras leía... :) Eres completamente tú... transparente, escribiendo lo ke va saliendo sin dar vueltas...
    Me estoy enganchando a tu blog!! jeje

    ^ana serrano^

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  3. sin palabras veci.

    mi color es el morado ... seria mezcla d rosa y azul .. iwal x eso no me funciona jajajja



    //noe//

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  4. Sí, todos hemos sentido esto alguna vez, sobre todo después de ver a esa persona después de mucho tiempo...
    Un beso,
    Eli ;)

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